Ruptura de pareja
Simon, F. et al (2002) señalan:
Este término se refiere a la capacidad emocional para superar las pérdidas y las separaciones. El bloqueo y la negación de la necesidad de experimentar el duelo explican diversas reacciones patológicas dentro las familias.
El concepto “duelo funcional” fue introducido por Norman Paul para describir “una experiencia correctiva de duelo” instituida durante la terapia ( Paul y Grosser, 1965). Ésas experiencias de duelo pueden disolver el bloqueo en procesos de desarrollo de la familia debido a procesos de duelo incompletos o “empantanados”. A juicio de Paul, el rechazo de los sentimientos dolorosos provocados por la muerte de un miembro cercano a la familia puede tener efecto que se prolongan durante muchas generaciones. En estos casos, la pérdida no se “digiere”, ni se restablece la estructura de la familia para compensar la pérdida; lo que sucede es que se encuentre un sustituto para el objeto perdido. Con mucha frecuencia se delega en el miembro de la familia que llegará a ser más tarde el paciente identificado la función de consolar a la familia por la pérdida. En consecuencia, en el contexto de una relación simbiótica, se mantiene en equilibrio patológico en el cual la formación de la identidad individual y la individuación familiar se ve perturbada.
Sigmund Freud (1917, 1926) se refirió a la ansiedad provocada por el duelo y la separación afirmando que son factores esenciales y decisivos en el desarrollo humano. En el estudio de Bowlby y el Erich Lindermann (1944) confirmaron la importancia de la elaboración afectiva de la pérdida y separación del objeto amado. Paul (1967), usando las ideas de estos y otros autores, asignó a las reacciones de rechazo del duelo una posición central en el mantenimiento de una homeostasis patológica en los sistemas familiares. En muchas familias con miembros psicóticos o neuróticos, Paul consideró que los procesos de duelo incompletos constituyen los antecedentes de un elemento esencial de los procesos de individuación perturbados.
Las técnicas terapéuticas aplicadas como resultado de las ideas expuestas tienen por objeto romper enérgicamente los procesos de duelo bloqueado dentro del marco de las sesiones terapéuticas o de actividades en las que participa toda la familia. El terapeuta trata de estimular la expresión de los sentimientos relacionados con la pérdida, aún cuando el hecho real haya sucedido cincuenta años antes. En este proceso, los hijos presencian, a menudo por primera vez, una intensa expresión emocional de sus padres. Como consecuencia de esta experiencia, se creó un sentimiento de unidad y continuidad afectivas en la familia. El terapeuta les asegura los miembros de la familia que es normal experiencia de manifestar el dolor, contrarrestando así el rechazo de la muerte, que es una característica fundamental de la civilización occidental. Los sentimientos dolorosos y liberadores movilizados de este modo también suelen vincularse a expresiones de hostilidad y enojo ha sido objeto perdido. Kübler-Ross (1969) definió esto como una de las etapas del proceso de duelo. Después de una primera fase, caracterizada por el rechazo, sigue otra en la que predominan el enojo y la rabia. La práctica de la terapia familiar muestra que los sentimientos relacionados con los procesos de duelo bloqueados suelen dirigirse hacia otros miembros de la familia. Cuando esos sentimientos han sido clarificados, pueden reorientarse. Williamson (1978) ha descrito un método para alcanzar la individuación con respecto progenitor ya muerto, que consiste en hacer que los pacientes visiten su tumba y completen el proceso de duelo.
El temor a la pérdida y la separación de las familias que padecen procesos de duelo bloqueado suelen traducirse en manifestaciones extremas de vínculo. La práctica terapéutica demostrado que las familias que pasan por procesos de duelo funcional avanzan en etapas de desarrollo similares a las descritas por Bowlby (1961ª) en el caso de los hijos que viven el proceso de separación. Cuando una familia está dispuesta a aceptar la pérdida y los sentimientos conexos de pesar, sus miembros no tienen la necesidad de estar luchando constantemente contra el cambio. En un nivel afectivo, puede cambiarse la epistemología de la familia y se hace posible la individuación conexa una vez que se ha eliminado los mecanismos con homeostáticos que impiden la coevolución de todos los miembros de la familia. En los casos de divorcio se encuentran procesos similares.
Simon, F., Stierlin, H. y wynne, L. (2002). Vocabulario de terapia familiar. Barcelona: Gedisa